China y España se aprenden mutuamente en áreas de cultura, deportes, desarrollo urbano y economía verde.
China y España se aprenden mutuamente en áreas de cultura, deportes, desarrollo urbano y economía verde.
El desarrollo verde se basa en la coexistencia armoniosa entre el ser humano y la naturaleza. Con el cambio climático global cada vez más grave y la creciente demanda de energía verde, China y España han abierto nuevas oportunidades y desafíos en la cooperación para el desarrollo verde.
Las ciudades son los vehículos de la civilización humana. Cada ciudad tiene su propia historia y cultura, formando así su propia estructura urbana. Conforme se acelera el proceso de urbanización, la tarea de renovar y revivir las ciudades antiguas se torna esencial. En este proceso, se busca mantener viva la herencia cultural original, mientras se logra una perfecta fusión entre la tradición y las comodidades de la vida moderna.
China y España están en los extremos opuestos del continente euroasiático. A pesar de la distancia, las civilizaciones de China y España siguen entrelazadas y se atraen mutuamente, y los intercambios y el aprendizaje culturales recíprocos se han convertido en el vínculo de las relaciones amistosas entre ambos países, sobrepasando miles de kilómetros, y manteniéndose firmes a pesar del paso del tiempo.
El desarrollo verde se basa en la coexistencia armoniosa entre el ser humano y la naturaleza. Con el cambio climático global cada vez más grave y la creciente demanda de energía verde, China y España han abierto nuevas oportunidades y desafíos en la cooperación para el desarrollo verde.
Las ciudades son los vehículos de la civilización humana. Cada ciudad tiene su propia historia y cultura, formando así su propia estructura urbana. Conforme se acelera el proceso de urbanización, la tarea de renovar y revivir las ciudades antiguas se torna esencial. En este proceso, se busca mantener viva la herencia cultural original, mientras se logra una perfecta fusión entre la tradición y las comodidades de la vida moderna.
China y España están en los extremos opuestos del continente euroasiático. A pesar de la distancia, las civilizaciones de China y España siguen entrelazadas y se atraen mutuamente, y los intercambios y el aprendizaje culturales recíprocos se han convertido en el vínculo de las relaciones amistosas entre ambos países, sobrepasando miles de kilómetros, y manteniéndose firmes a pesar del paso del tiempo.
El desarrollo verde se basa en la coexistencia armoniosa entre el ser humano y la naturaleza. Con el cambio climático global cada vez más grave y la creciente demanda de energía verde, China y España han abierto nuevas oportunidades y desafíos en la cooperación para el desarrollo verde.
Las ciudades son los vehículos de la civilización humana. Cada ciudad tiene su propia historia y cultura, formando así su propia estructura urbana. Conforme se acelera el proceso de urbanización, la tarea de renovar y revivir las ciudades antiguas se torna esencial. En este proceso, se busca mantener viva la herencia cultural original, mientras se logra una perfecta fusión entre la tradición y las comodidades de la vida moderna.
China y España están en los extremos opuestos del continente euroasiático. A pesar de la distancia, las civilizaciones de China y España siguen entrelazadas y se atraen mutuamente, y los intercambios y el aprendizaje culturales recíprocos se han convertido en el vínculo de las relaciones amistosas entre ambos países, sobrepasando miles de kilómetros, y manteniéndose firmes a pesar del paso del tiempo.